Huesca, 1902 – 1959

Natural de Huesca, María de la Asunción Martínez Bara nació un 29 de agosto de 1902 o 1904 en Huesca, fruto del matrimonio entre Elvira Bara Echeto y Mariano Martínez Jarabo. Creció en un ambiente de intenso interés por el estudio y la cultura: su padre fue filólogo y escritor, catedrático y director del Instituto de Huesca, además de una persona muy influyente en la vida política de la ciudad, pues dirigió el periódico El Diario de Huesca y ocupó el cargo de alcalde. El matrimonio tuvo, al menos, dos hijas y un hijo. Después de Asunción nacieron Elvira y José Antonio, que se dedicaron también a carreras humanistas: maestra de primera enseñanza y archivero nacional.

Completó en 1917 los estudios de Bachiller en el Instituto General y Técnico de Huesca con veinte matrículas de honor. El título fue expedido por el rectorado de Zaragoza en 1920. En ese periodo «se dedicó a los estudios complementarios para obtener el título de Maestra Nacional», sin tener más detalles o documentación al respecto.

En agosto de 1920 solicitó matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras como alumna de enseñanza libre en la sección de Historia, examinándose en septiembre de las primeras materias comunes. Cada curso se presentaba a las asignaturas que preparaba privadamente en Huesca, hasta solicitar en septiembre de 1922 la matrícula oficial. Obtuvo unos resultados magníficos: sobresaliente en catorce materias de un total de dieciséis, con matrícula de honor en doce de ellas. Se presentó al Premio Extraordinario, pero no fue la galardonada. También concurrió a esta distinción María Pilar Suñé Jordá. Ellas fueron las dos únicas mujeres matriculadas en su promoción.

En junio de 1923 verificó con sobresaliente los ejercicios del «grado de licenciado» en Filosofía y Letras, con especialidad en Historia. El título fue expedido en agosto de 1930 y entregado a la estudiante en 1942.

Tras su etapa universitaria Martínez Bara se incorporó al Instituto Escuela de Madrid, creado por la Junta para Ampliación de Estudios para promover una formación pedagógica más avanzada entre docentes y fundamentada en los principios educativos de la Institución Libre de Enseñanza. Tras varios años en la institución, en 1930 ingresó por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Su trabajo fue de bibliotecaria en la Biblioteca Nacional de España.

Como ocurrió en tantas familias y hogares, la Guerra Civil torció el rumbo de la vida de Asunción Martínez Bara. Durante el periodo bélico participó en las comisiones de defensa del patrimonio cultural estatal, formó parte de la Junta de Incautación y trabajó en la salvaguarda de las colecciones de bibliotecas, archivos y museos. Esta ocupación le trasladó hasta Valencia, donde trabó una estrecha relación con María Moliner Ruiz. En 1938 fue nombrada bibliotecaria del Instituto Obrero de Valencia. Al terminar la guerra, al igual que las hermanas Moliner Ruiz y otras muchas compañeras y compañeros, Martínez Bara fue sancionada mediante expediente de depuración y, aunque absuelta, fue destinada forzosamente a Soria para ocuparse de la dirección del Museo Numantino y de la Biblioteca Pública.

Tras varios años allí, regresó a su ciudad natal para trabajar en el Archivo Histórico Provincial y en el Archivo de la Delegación de Hacienda. En 1949 obtuvo la dirección de la Biblioteca Pública. Desde su cargo, y gracias a su tenaz voluntad y magnífica labor, contribuyó a la fundación del Centro Coordinador de Bibliotecas de la provincia de Huesca y a la puesta en marcha de bibliotecas en localidades como Sariñena, Fraga o Boltaña. Asimismo, fue fundadora del Instituto de Estudios Oscenses, germen de la actual institución cultural y científica Instituto de Estudios Altoaragoneses. En su revista, Argensola, publicó sus principales investigaciones sobre bibliotecas y archivos.

Asunción Martínez Bara fue una trabajadora incansable y entregada, siempre con el ánimo de fomentar la cultura y la formación humanista; contribuyó notablemente a la defensa del patrimonio cultural español y fue un ejemplo en el ámbito bibliotecario y de la investigación. Falleció a causa de una enfermedad el 27 de febrero de 1959.

Autora biografía: Patricia Díez Calvo

MIQUEO, C., y BLÁZQUEZ ORNAT, I. (eds.), Modernas, cultas y profesionales. Mujeres del siglo XX tituladas en la Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2020.

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